Mi Redentor Vive: Encontrando Vida y Consuelo Después de la Pérdida
Descubre cómo la esperanza en Cristo resucitado transforma el duelo y abre el camino a la sanidad interior. Un mensaje de fe y renovación para quienes sufren.
8/31/20252 min read


El duelo nos deja con preguntas profundas y heridas abiertas. Pero hay una verdad capaz de transformar hasta el dolor más agudo: Nuestro Redentor vive. La fe en un Salvador resucitado no elimina el sufrimiento, pero le da sentido, propósito y esperanza a nuestra oscuridad. En este capítulo, Daniel B. Lancaster comparte cómo esta verdad puede renovar nuestro corazón y restaurar nuestra confianza en Dios, aun después de perder lo más preciado.
Desarrollo
Perder a alguien amado puede hacernos sentir como si la vida se apagara para siempre. Las noches se vuelven largas, los días fríos, y el alma anhela un poco de paz. Sin embargo, en medio de la desesperanza, surge una promesa eterna: Jesús, el Redentor, conoce nuestro sufrimiento. Él fue “varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3), y no es ajeno a nuestro llanto.
Lancaster relata cómo su dolor lo llevó a descubrir una dimensión más profunda de la compasión de Cristo. Ya no solo admiraba los milagros de Jesús, sino que encontró consuelo al saber que Él mismo experimentó el abandono, la tristeza y la muerte. Este encuentro con el "Hombre de dolores" abrió una puerta a la sanidad, permitiéndole acercarse a Dios con autenticidad y sin máscaras.
Es crucial recordar que Dios no solo consuela de lejos; Él se involucra activamente en nuestro proceso. El Padre que entregó a su Hijo comprende el vacío y la pérdida. Su consuelo no es superficial: viene con poder sanador, trayendo propósito al dolor y fortaleza en la debilidad.
Un paso esencial en este viaje es permitirnos recibir consuelo. Buscar grupos de apoyo cristiano, abrir el corazón en oración sincera, o incluso compartir el dolor con otros, son caminos que Dios usa para derramar su gracia. El testimonio de Lancaster muestra que, aunque la sanidad es un proceso lento, la presencia de Jesús hace la diferencia, aún en las noches más oscuras.
Conclusión
No importa cuán profunda sea tu herida, ni cuán larga la noche. Mi Redentor vive significa que siempre hay esperanza. En Jesús, el dolor se convierte en oportunidad de encuentro, restauración y vida nueva. Hoy puedes confiar que Él está contigo, llevando tus cargas y guiándote hacia un nuevo amanecer.
Llamado a la acción
¿Listas para dar el siguiente paso en tu proceso de sanidad? Obtén tu copia en Amazon por solo $2.99 y deja que la esperanza de Cristo transforme tu duelo: https://www.amazon.com/dp/B0B322LGF9
Every Home a Lighthouse
Empowering every home to be a lighthouse that shares the hope, help, and healing of Jesus with communities worldwide.
CONNECT
JOIN THE MOVEMENT
hope@everyhomealighthouse.com
© 2025. All rights reserved.